Marzo 11, 2019 Noticias

Conociendo a nuestro patrono

Texto: Capítulo 3: El grupo sin regla

 

No lejos de su cueva, había un monasterio cuyo abad había fallecido, y todos los monjes de esa comunidad fueron hasta donde estaba Benito y le suplicaron que se hiciera cargo de ellos.

Benito sabía que no era un grupo que siguiera muchas reglas. Durante un buen tiempo no quiso aceptar la propuesta, pronosticándoles que no podía ajustar su estilo de vida al de eos, pero al fin, vencido por sus reiteradas súplicas, aceptó ser su abad…

Instauró en aquel monasterio la observancia regular, y no permitió a nadie desviarse del camino de la perfección. Los monjes, empezaron a acusarse a si mismos de haberle pedido que os dirigiera (tal como les habia dicho antes Benito), pues su estilo de vida no congeniaba con la rectitud del nuevo Abad.

Una noche se reunieron y aconsejaron para ver cómo le darían muerte. Después de tomar esta decisión, echaron veneno en su vino. Benito en ese momento, tuvo una intuición, y decidió bendecir su copa: Benito Levantó la mano, hizo la señal de la cruz y …En el mismos instante, la copa que estaba algo distante de él, se quebró y quedó rota en tantos pedazos, que pareciera haber recibido un piedrazo en vez de una bendición. La copa, que contenía una bebida de muerte, no había podido soportar la señal de la vida.

Benito, decidió abandonar ese monasterio por lo incompatible que era su estilo de vida con los demás monjes. Entonces, regresó a su amada soledad… Y allí vivió consigo mismo, bajo la mirada de Dios…

  • No entendí bien qué quiere decir eso de “vivió consigo mismo” ¿Podrías explicarme por favor?
  • Bien. Esos monjes que no tenían ninguna regla, tenían una idea religiosa distinta a la que tenía Benito. Si él hubiera insistido en reformarlos, el trabajo hubiera excedido sus fuerzas y hubiera perdido la paz. Así tampoco hubiera podido ayudarlos.
  • Porque muchas veces las preocupaciones nos “sacan de nosotros mismos”, y decimos que alguien anda “fuera de sí” ¿Recuerdas que en el evangelio, el hijo pródigo después de darse cuenta del desastre que había dejado, “volvió en sí mismo?
  • Yo creo Pedro, que se ha de tolerar con paciencia a un grupo malo, si en él hay algunos buenos a quienes se pueda ayudar.
  • Pero donde falta en absoluto el fruto, porque no hay buenos, es inútil afanarse por los malos.

Por la misma razón, si me escuchas atentamente, en seguida verás cómo el venerable Benito al escapar de allí con vida, no abandonó a tantos hombres rebeldes, como almas ayudó a elevarse hacia altas cumbres de vida espiritual en otras partes.

  • Osea, lo que hizo Benito no fue exactamente volver a su cueva y quedarse ahí…
  • Exacto.
  • muchas veces estaba ahí para ayudar a esforzadas comunidades de monjes…

(Texto adaptado de “Benito. La aventuras ilustradas de San Benito”. Agradecimiento a la Editorial San Juan por permitir el uso de las imágenes del libro “Benito. Las aventuras ilustradas de San Benito”, en venta en Librería San Juan).

Lee el próximo capítulo en nuestro informativo.

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