Diciembre 28, 2021 Noticias

Entrevista: Ignacio Tupper, Generación 1993

Ignacio Tupper, soy rector del Colegio San Benito.

 

¿Cómo te definirías?

Papá de 5 hijos extraordinarios, casado hace 20 años, oblato hace 15. Y con el gran regalo y responsabilidad de trabajar en educación; “con almas”, como dice San Benito.

 

Eres el tipo de persona que…

Trata de ocuparse de las cosas que realmente importan…

 

¿Cómo influyó tu experiencia escolar en lo que te dedicas?

Me acuerdo de manera muy especial del testimonio de alegría y entrega de las personas que estaban fundando el colegio, de los tutores de la época. El compromiso y la seriedad con que se dedicaban a levantar un colegio nuevo. Pienso que eso influyó en lo que hago ahora.

 

¿Cuáles son tus recuerdos más preciados en el colegio?

Muchas experiencias de amistad con mis compañeros, un sinfín de anécdotas y aventuras con ellos: en la sala de clases, recreos, deporte, scout… momentos de dolor y también de alegrías que vivimos juntos.

 

¿Cuál es tu lugar favorito del colegio, por qué?

Alguno de los pasillos de las salas en donde me tocó estar. Sobre todo aquellos que están en altura, desde sus balcones se podían observar cosas interesantes, también se producía un encuentro natural con los compañeros, con algo de complicidad y buena conversación.

 

¿Qué fue lo que más te marcó del colegio?

La cercanía de personas que trabajaban en él, profesores y tutores. Me sentía querido y valorado por muchos de ellos. También la experiencia Scout. Mirando ahora en retrospectiva, pienso que las herramientas que uno despliega (desde muy chico) para superar situaciones, muchas de ellas adversas, son algo valioso y me marcaron mucho. También la experiencia de haber estado a cargo de alumnos menores, ciertamente dejó algo en mí.

 

¿Sientes que llevas un sello de la formación del colegio?

Totalmente, siento además que soy testigo directo de la conformación de ese sello.

 

¿Recuerdas alguna anécdota? ¿Cuál?

Recuerdo las ansias y expectativas al cambiarnos de la primera casa de Luis Thayer Ojeda al lugar en donde estamos ahora, porque además fue en marzo del 85, justo para el terremoto. Antes de entrar a clases, le pedí a mi papá que me llevara a ver si el colegio nuevo seguía en pie.

 

Resume en una palabra tu paso por el CSB.

Identidad.

 

¿Qué mensaje les darías a los alumnos del colegio hoy? ¿Qué oportunidades los invitarías a aprovechar?

Fui una de las primeras generaciones y me sentía parte de un proyecto muy innovador y potente. Cuándo me preguntaban en qué colegio estaba, y nadie lo conocía, más orgullo sentía. Creo que el colegio sigue manteniendo algo único, y es una respuesta más vigente que nunca para enfrentar el mundo de hoy desde lo académico y lo formativo, pero sobre todo, desde la espiritualidad, desde el amor, y la invitación abierta a dejar que Dios se haga presente en todo lo que hacemos. Invitaría a los alumnos, cada uno a su manera y con mucha libertad, a ir sacando afuera, desde el interior, ese sello que ya está en cada uno de los benitanos desde el día en que entraron al CSB.

 

Nombra un profesor o tutor que te haya marcado

Rodrigo Figueroa (Tato), mi profesor jefe en algunos cursos, hoy papá del colegio. Nos tomaba muy en serio como alumnos y fuimos capaces de desarrollar grandes vínculos con él. Especiales recuerdos en su habilidad para los instrumentos y relatar historias.

José Antonio Navarro (Tata). Una capacidad infinita de salir de sí mismo para enseñar algo. Me acompañó en sacar adelante el anuario de mi generación, recuerdo esos momentos en su oficina sacando adelante algo con mucho corazón y trabajo.