Octubre 22, 2025 Noticias

Benitanos: Luz María Rodríguez L., apoderada, psicopedagoga y autora de libros sobre inclusión.

Mamá de un alumno egresado del CSB y apoderada de I° y III° medio, Luz María -psicopedagoga con amplia experiencia en inclusión, que a fin de mes dirigirá en encuentro “El valor de ser diferentes”-, cuenta que eligió el San Benito “porque queríamos que nuestros hijos crecieran en una comunidad donde la formación académica, espiritual y humana se viviera de manera coherente”. 

Luz María -autora de los libros Así soy yo y Soy autista, cuenta que les atrajo el sello benedictino, “que invita a cultivar la fe, el trabajo bien hecho, la vida comunitaria y la acogida del otro”, afirma.

¿Qué ha significado este colegio y los valores benedictinos para ustedes como familia? ¿Qué es lo que más valoras?

El colegio ha sido un espacio de crecimiento para nosotros como familia. Los valores benedictinos nos han recordado que educar no es solo enseñar, sino acompañar. Valoro profundamente el espíritu de acogida y la cercanía con que se vive la fe. Aquí la espiritualidad no se impone, se testimonia. El sentido de servicio invita a mirar al otro, a salir de uno mismo y a crecer en solidaridad, experiencias que ayudan a formar personas íntegras, alegres y comprometidas con los demás.

¿Cómo definirías la inclusión?

La inclusión es reconocer que cada persona tiene un valor único e irrepetible, y que todos tenemos algo que aportar. No se trata solo de “tolerar” o “aceptar” a quien es diferente, sino de crear las condiciones para que todos podamos participar, aprender y sentirnos parte. Incluir es pasar del “te hago un espacio” al “te necesito aquí”. 

¿Cómo enriquece la diferencia a una comunidad?

Las diferencias nos obligan a salir del centro y a mirar la realidad con otros ojos. En una comunidad donde todos piensan igual, se aprende poco; en cambio, cuando hay diversidad, se despiertan la empatía, la creatividad y la humildad.

¿Cómo podemos practicar la inclusión en lo cotidiano y qué rol tiene en esto la alianza colegio–familia?

La inclusión se practica en lo simple: saludar, escuchar, invitar, compartir. La alianza colegio–familia es fundamental. El colegio enseña y acompaña, pero los valores se consolidan en la casa. Cuando ambos espacios caminan en la misma dirección —acoger, respetar, valorar las diferencias— los niños internalizan el mensaje y lo vuelven parte de su identidad.

Cuéntanos más de ti. ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Disfruto mucho leer, escribir y aprender constantemente. Me apasiona trabajar por una educación más humana e inclusiva, donde cada persona pueda desplegar su potencial. En mi tiempo libre me gusta estar con mi familia, amigos y compartir una buena conversación. Son esos momentos simples los que más me inspiran y me conectan con lo esencial.